Poemas por Fernando Herazo Girón
Resumen
Yo la vi con mis propios ojos, abogado, yo la vi toda maltrecha y coja, Fernando Herazo Girón 1 con una balanza, de esas del mercado público, en la mano derecha y, en la otra, una espada bien afilada, y parecía estar jugando a la gallina ciega porque un vendaje muy blanco le cubría sus ojos. Pero no, abogado, ella estaba llorando y sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas tersas y rojas como la misma sangre suya, la de usted, abogado. Me le acerqué y quedamente le dije: - ¿Por qué lloras, justicia? ¿Qué deseas, abogado de mierda? - Me contestó. Respondí: -Se equivoca justicia porque soy un simple mendigo harapiento que desea darle una mano porque veo que las suyas están cansadas de combatir contra tanta injusticia y ya se ven mohosas por el paso del tiempo. Entonces, con voz apaciguadora le recordé la misión de los abogados y le indiqué que sin ellos no habría justicia, ni paz ni equidad en la tierra. ¡Pamplinas! Vociferó.