Trabajo
Social durante la Pandemia generada por la COVID-19. Influencia y Herramientas Significativas*
Social Work during the COVID-19 Pandemic. Influence and Meaningful Tools.
Trabalho Social durante a Pandemia gerada
pela COVID-19. Influência e Ferramentas
Significativas.
Haider
Esteban Bautista Joaqui[1]
Junior
Adrián Franco Riaño[2]
Leidy
Johana Mendivelso Vargas[3]
Dedicado
a la memoria de todos y todas aquellas profesionales en Trabajo Social que
durante la pandemia entregaron su vida por acompañar a otros seres humanos
Resumen
Este
artículo presenta experiencias profesionales de Trabajo Social en Colombia
durante la pandemia generada por la COVID 19, especialmente en lo referente al
uso de herramientas significativas. Así pues, la investigación se desarrolló
desde un enfoque cualitativo, a través de entrevistas a diferentes
profesionales del territorio nacional, de donde se pudo concluir que la
pandemia sí tuvo influencia en los campos de acción: se presentó una
oportunidad de posicionamiento profesional, se implementaron estrategias
digitales a las cuales no todos tienen acceso y trajo consigo una serie de
nuevos retos para la profesión.
Palabras
clave: Experiencias,
Trabajo Social, Pandemia, Covid-19. |
Resumo:
Este
artigo apresenta experiências
profissionais de Trabalho
Social na Colômbia durante
a pandemia gerada pela COVID 19, especialmente no que
se refere ao uso de ferramentas significativas. Assim,
a pesquisa foi desenvolvida
a partir de uma abordagem qualitativa, por meio de
entrevistas com diferentes profissionais
do território nacional, de onde foi
possível concluir que a pandemia teve sim influência nos campos de ação: apresentou uma oportunidade de posicionamento profissional, foram implementadas
estratégias digitais às quais nem
todos têm acesso e trouxe consigo uma série de novos desafios para a profissão.
Palavras chave: Experiências, Trabalho Social,
Pandemia, Covid-19. |
Abstract:
This
article presents professional experiences of Social Work in Colombia during the
COVID-19 pandemic, especially regarding the use of meaningful tools. Thus, the
research was developed from a qualitative approach, through interviews with
different professionals from the national territory, from where it was possible
to conclude that the pandemic did have influence in the fields of action: it
presented an opportunity for professional positioning, digital strategies were
implemented that not everyone has access to, and it brought a series of new
challenges for the profession.
Keywords: Experiences,
Social Work, Pandemic, Covid-19. |
Históricamente, el Trabajo Social ha sufrido una serie de
transformaciones epistemológicas, filosóficas y axiológicas, iniciando con unos
procesos netamente asistenciales y caritativos de visitadoras y ligado, por
ende, directamente a los servicios de salud, dando paso a unos procesos de
intervención social más complejos y estructurados. En el contexto latinoamericano,
el Trabajo Social se puede dividir en tres grandes periodos que van marcando
fuertes hitos entre uno y el otro. El primero de ellos es la Pre
reconceptualización (1936-1970) que, a su vez, se divide en subperiodos:
filosófico, transición y el científico, con los que se buscó la consolidación
teórica y metodológica de la profesión para el fortalecimiento de sus procesos
de intervención (Malagón, 2012). Para ese mismo momento, en Colombia se creaba la
primera Escuela de Servicio Social en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del
Rosario ubicada en Bogotá, bajo la iniciativa de María Carulla, quien se convertiría
en un personaje histórico para la profesión (Martínez, 2000).
Continuando con la clasificación de Malagón (2012), el
segundo periodo fue la Reconceptualización (1970-1990), lapso en donde
se evidenció la influencia de la corriente marxista y emancipadora en las Ciencias
Sociales, incluyendo al Trabajo Social en cuanto a la fuerte crítica que se hizo
sobre los procesos asistenciales, pues las acciones desarrolladas previamente
respondían al modelo capitalista, así como al interés y beneficio de quienes
tienen el poder en cualquiera de sus manifestaciones.
Por último, se menciona el periodo de la Posreconceptualización
(1990-?), caracterizado por un trasegar epistemológico de la profesión que
aterriza la idea de desligarse ligeramente del sentido crítico y
revolucionario, con el ánimo de no terminar con todo lo que se había construido;
es así como se retoman nuevamente elementos propios del servicio social y se juntan
para crear procesos de intervención integradores, que permitan la apertura de
campos de acción y sobre todo el proceso investigativo del cual carecía la
profesión.
En Colombia, mediante la Ley 53 del Congreso de la
República (1977) se reglamentó el ejercicio profesional de trabajadores y
trabajadoras sociales, respondiendo al proceso de posrreconceptualización, lo
cual ofreció la libertad de contar con los servicios profesionales tanto para
el sector público como el privado, aclarando que para poder ejercer todo
graduado debe estar debidamente inscrito ante el Consejo Nacional de Trabajo
Social (CONTS), el cual emite un certificado que así lo acredita.
Asimismo, es importante mencionar la concepción que se
tiene de Trabajo Social. Por ejemplo, según Rozas (2002) se trata de una
profesión que promueve el cambio social, así como la solución de problemas
entre las dinámicas propias de las relaciones humanas, mediante procesos de
fortalecimiento y liberación de las personas en búsqueda del bienestar social. Por
su parte, la Federación Internacional de Trabajo Social (FITS) afirma que
El
trabajo social es una profesión basada en la práctica y una disciplina
académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y
el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de la
justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el
respeto a la diversidad son fundamentales para el trabajo social. Respaldada
por las teorías del trabajo social, las ciencias sociales, las humanidades y
los conocimientos indígenas, el trabajo social involucra a las personas y las
estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y aumentar el bienestar (2014,
p. 1).
De esta manera, los campos de acción tradicionales y emergentes
de Trabajo Social se han venido fortaleciendo desde la compresión de la
importancia de diversos sectores por el fomento del tejido social, incluso
haciendo frente a las consecuencias propias del modelo y sistema económico tales
como el aumento a la brecha de desigualdad, el aumento de la pobreza, el uso
indiscriminado de recursos no renovables y la sobreexplotación laboral que
genera unas condiciones precarias para sus trabajadores.
Ahora bien, hacia diciembre de 2019 ocurre en el mundo un
fenómeno que puede generar cambio y transformación temporal a largo plazo
frente a la intervención social: la pandemia generada por la Covid-19, la cual
se propagó ampliamente dejando miles de víctimas mortales (Domínguez y Amador,
2021). Frente a esta situación, los gobiernos nacionales, regionales y locales,
bajo instrucciones y recomendaciones de instituciones como la Organización
Mundial de la Salud, han tomado decisiones y medidas para la prevención del
contagio como aislamiento total por periodos, distanciamiento social y
metodologías virtuales para trabajo y estudio.
En lo que respecta al área del Trabajo Social, para
Carballeda (2020) por ejemplo, la COVID- 19 es una enfermedad social que
produce la necesidad de propiciar una convocatoria, una apelación, una demanda,
la cual implica estar con el otro y, en ese sentido, una necesidad permanente y
un reconocimiento del otro como un ser legítimo, una construcción
ontológica desde y para la comunidad (Boff, 2012), obligando a preguntarse por los efectos de la
globalización en las comunidades sociales y humanas y, en este caso, en la
comunidad de Trabajo Social.
Entre tantas incidencias que tuvo la pandemia en la
sociedad, se puso especialmente a prueba la capacidad, las diferentes
habilidades y las estrategias de afrontamiento que desde la individualidad o
colectividad se tienen para hacer frente a dichas adversidades. Allí, Trabajo
Social juega un papel importante siendo el área de familia uno de los
componentes más fuertes y trabajados desde la especificidad, pues con la
pandemia las familias tuvieron transformaciones en sus dinámicas que, por sus
demandas, difuminan las esferas que antes eran más claras entre las respuestas
provenientes de sectores públicos o privados, por cuanto requieren ser
analizadas en el transcurso de su existencia y la posteridad desde unos
contextos amplios, incluyendo los sociales (Salinas, et al., 2021).
Lo anterior generó
que las prácticas y ejercicios profesionales de Trabajo Social cotidianas,
basadas en la presencialidad y contacto directo en los diversos y múltiples
territorios, así como con sus particulares contextos, se tuvieran que adecuar a
comunicación a distancia con las comunidades, familias y sujetos sociales, lo
que llevó en muchos casos a repensar los procedimientos establecidos para los
procesos de intervención que se desarrollaban anteriormente con normalidad (Zabala,
2020). Asimismo, Murallas (2021) afirma que pensar el Trabajo Social postpandemia
es un requerimiento inaplazable para resignificar la profesión bajo los nuevos
contextos. En así que todo ello llevó a la necesidad de conocer diferentes
experiencias de Trabajo Social durante la pandemia generada por la COVID-19,
así como la influencia de la enfermedad y las herramientas significativas que
fueron usadas para su afrontamiento.
Este trabajo se
desarrolló bajo un enfoque cualitativo, el cual se caracteriza por recolectar, a
través de las técnicas e instrumentos apropiados, información que sea útil
dentro del contexto de la investigación y los aportes que los participantes
pueden generar (Sandoval, 2002). Asimismo, se ejecutó con un nivel descriptivo,
el cual permitió un acercamiento a la realidad desde la compresión de todos los
elementos del contexto de los participantes tales como los sujetos sociales, la
subjetividad, espacio, tiempo, reflexiones y aprendizajes (Rojas, 2015). En
suma, todo ello apunta directamente al conocimiento de las experiencias de
intervención en tiempos de pandemia, incluyendo factores particulares de cada
profesional, así como de su contexto.
De esta manera,
y con base en la revisión de antecedentes, se creó la siguiente tabla de
categorías de análisis, con el ánimo de dar respuestas al objetivo de la
investigación y aportar significativamente en la organización de los
resultados. Dichas categorías fueron planteadas para dar un panorama amplio,
pero concreto, sobre su caracterización social, puesto que las subcategorías
pueden influir en el ejercicio profesional. De igual forma, se tuvo en cuenta la
caracterización profesional, que denota la profundización de conocimientos con
estudios de posgrado u otros pregrados complementarios al campo de acción en el
que los participantes desarrollan su rol como profesionales en Trabajo Social.
Por último, es importante resaltar la categoría de Trabajo Social y Pandemia,
ya que a partir de ella se desarrollaron las diversas subcategorías que dieron
respuesta directa a la investigación.
Tabla 1.
Tabla de categorías
Categoría |
Sub categoría |
Sexo |
|
Edad |
|
Ciudad |
|
|
|
Caracterización profesional |
Continuidad en la formación académica |
Campo de intervención |
|
|
|
Trabajo Social y pandemia |
Afectación de la pandemia a la oferta laboral |
Influencia de la
pandemia en el ejercicio profesional |
|
Estrategias y
herramientas para el ejercicio de sus funciones en pandemia |
|
Agudización de
problemáticas en los grupos de interés |
|
Retos para Trabajo
Social durante y post pandemia. |
Fuente.
Elaboración propia.
Se creó un
formulario en línea como instrumento de recolección de la información y fue divulgado
con profesionales de Trabajo Social a nivel nacional, quienes ejercen en
distintos campos de intervención, se usó el muestreo por conveniencia y bola de
nieve, logrando obtener un total de 27 profesionales en Trabajo Social que
participaron y aportaron desde su experiencia, la información requerida para
los resultados. Si bien se presentan datos numéricos que pueden sugerir una
investigación mixta, es el enfoque cualitativo el que permite el análisis,
compresión y cumplimiento del objetivo de la investigación.
Enseguida se
presentan los resultados y la discusión de acuerdo a las categorías descritas: caracterización
social, caracterización profesional y Trabajo Social y Pandemia.
En términos generales,
frente a la caracterización social se encontró que del total de quienes participaron
de la investigación 24 son mujeres, equivalente al 88.9%, mientras que tres
hombres, lo que corresponde a una 11.1%.
De esta manera, se evidenció una tendencia en la profesión: las mujeres
son las mayores involucradas; es decir, el Trabajo Social fue, es, y seguirá
siendo preferentemente estudiada y ejercida por mujeres, tal como indican Aspeé
y González (2018), aunque en los últimos años se ha incrementado la vinculación
de hombres a la profesión. Con todo, tal tendencia se encuentra ligada a unos
procesos históricos provenientes de la Revolución Industrial, en donde se
fortalecieron pensamientos, creencias y culturas patriarcales en las que los
hombres estaban asociados a los roles de liderazgo, mientras que las mujeres
eran vinculadas estrictamente al cuidado de los otros, del hogar y de
responsabilidades caritativas (Federici, 2012), todas ellas siendo actividades
muy similares a los ejes principales de la asistencia social[4].
Frente a las edades de quienes participaron, se encuentra
como límite inferior 23 años, con un total de cinco personas que representan un
18.5%; y cómo límite superior 52 años de edad, lo que significa el 3.7%. Ahora
bien, para las edades entre 27 y 28 años hay cuatro participantes en cada
rango, representando un 14.8% cada uno, seguido de tres profesionales con 24
años que equivalen a un 18,5%. Por su parte, las edades de 25 y 39 años cuentan
cada una con dos participantes que respecta un 7.4%; y, finalmente, de a una
persona con 26, 32, 33, 34, 41, 42 y 48 años de edad, representando cada una el
3.7% del total de quienes participaron.
Con respecto a
las ciudades y/o municipios de ejercicio laboral de quienes participaron en la
investigación, se encuentra un total de 14 unidades territoriales que hacen
parte de siete departamentos del país, encontrando algunas ciudades capitales
como Tunja, Bogotá, Medellín y Bucaramanga, así como otros municipios a lo
largo y ancho del territorio nacional. Esta información de la caracterización
social, especialmente la edad y la diversidad de ubicación del ejercicio
profesional aporta significativamente a tener una visión amplia de los
resultados, teniendo varias experiencias territoriales sobre el ejercicio
profesional en tiempos de pandemia.
Con respecto a
la continuidad de la formación académica, nueve participantes que representan
el 33.3% no han realizado algún posgrado u otro pregrado, mientras que una
persona que equivale al 3.7% realizó estudios en el área jurídica. Por su
parte, 17 profesionales han desarrollado estudios de posgrado, especialmente
especializaciones en áreas como familia, gestión ambiental y primera infancia, en
tanto que las maestrías están encaminadas a derechos humanos, intervención
social, familia, educación y desarrollo humano.
Con todo, pese a
estar inmersos en un sistema que ha demostrado beneficiar al que posee capital
económico, y que a su vez se transforma en un ejercicio de poder y dominio, una
respuesta ha sido la competitividad de oferta, gracias a la cual toma fuerza
también el capital humano, siendo el punto de partida para el crecimiento y la
equidad con base en principios de alto nivel de calidad que se proyecten como
resultados y estrategias sostenibles en el tiempo (Jaramillo, 2009). Es así
como en la actualidad se apuesta por un fortalecimiento del capital humano que
permita afianzar y potenciar sus conocimientos en algunos campos sociales y particulares
específicos.
Frente a los campos
de intervención del trabajo, al cual se encontraban vinculados en tiempos de
pandemia quienes participaron de la investigación, se hallan plasmados en la
tabla 2.
Tabla 2
Campos de intervención
Campo
de intervención |
N° de respuestas |
Salud |
4 |
Educación |
3 |
Desarrollo rural y
comunitario |
3 |
Gerontología |
1 |
Familia |
8 |
Infancia |
2 |
Sistema de
responsabilidad penal |
1 |
Sector humanitario
y DDHH |
2 |
Medio ambiente |
2 |
Obras civiles y
urbanismo |
1 |
Fuente.
Elaboración propia.
Tal como se muestra, se evidenció la diversidad de campos
de intervención, siendo el campo de familia el más representativo. Más allá de
los campos de acción, el hecho de dinamizar e interactuar históricamente desde el
Trabajo Social con cada uno de los sujetos sociales con quienes se abordan las
distintas temáticas, es necesario situarse bajo la perspectiva de la pandemia
que irrumpió abruptamente esas dinámicas presenciales en términos individuales,
familiares, grupales y comunitarios.
Partiendo de los fundamentos teóricos académicos y
experienciales, se realizaron diversos acercamientos de forma presencial, por
lo que fue evidenciable que no es sencillo transitar de estos espacios a uno
que poco se había utilizado desde el Trabajo Social, como lo es la virtualidad,
ya que esta no solo delimita que se impida la presencia física, sino también en
ocasiones las alteraciones e influencia que puede tener en la disponibilidad de
recursos para conectarse, o bien la disposición al encontrarse enfrentados ante
nuevos escenarios como el confinamiento, así como el aumento de factores de
riesgo como desempleo o dificultad en la obtención de recursos económicos para
la sustento de cada hogar y familia (Boschenetti et
al., 2020).
Por otra parte,
la pandemia también se puede comprender desde los procesos de globalización, los
cuales logran poner en evidencia una serie de problemas que se venían
incrementando no solo en Colombia sino en Latinoamérica y otras partes del
mundo, tales como la desprotección a la ciudadanía a raíz del neoliberalismo y
las condiciones precarias en la prestación de servicios esenciales como la
salud. Bajo este mismo contexto, Guzmán (2021) propone que bajo coyunturas como
la generada por la pandemia se debe revalorizar el papel real del Estado, no como
un ente totalitario y netamente autónomo, sino como un Estado que realmente
garantice la atención a la ciudadanía a través de las políticas públicas,
valiosa herramienta para el bienestar colectivo en donde profesionales como los
de las ciencias sociales, incluyendo a Trabajo Social, son fundamentales en
cualquiera de sus etapas de agendamiento, formulación, implementación y
evaluación.
Ante la pregunta ¿cree usted que la
pandemia afectó la oferta laboral para Trabajo Social? un 59.3%
respondieron que lo hizo negativamente, un 33.3% manifiestan que fue positivo y
el 7.4% afirman que desde su experiencia no hubo afectación. Si bien existen
respuestas para las tres alternativas, se evidencia un mayor porcentaje en la
opción negativa con justificaciones del tipo “perdí el trabajo y la
oferta laboral bajó” (Participante 5, comunicación personal, 3 de septiembre
del 2021).; asimismo, hubo respuestas similares que manifiestan que muchos
programas y proyectos quedaron pausados o incluso cancelados por las medidas de
confinamiento, lo cual se constituye como un nuevo reto para la profesión y
para cada individuo que atraviesa por situaciones de crisis, generando
posibilidades de apoyo entre unos a otros, no solo desde las dimensiones
biológicas que demanda la pandemia sino también desde componentes psicosociales
que se han priorizado por algunos sectores y ha tomado fuerza en las postpandemia
(Maldonado, 2020).
Este escenario permite, sin duda, procesos reflexivos
sobre el ejercicio profesional e invita a preguntarse por la calidad y las
garantías laborales de quienes ejercen la profesión, lo cual implicó en muchos
casos la suspensión del empleo y la reducción del tiempo de trabajo (Ruesga y
Viña, 2021). Por otra parte, otros y otras participantes manifestaron
afectaciones positivas, con afirmaciones como “debido a la pandemia se
hizo necesario más personal social en hospitales o clínicas en la intervención
con familiares de personas hospitalizadas y/o que murieron a causa de esta
enfermedad” (Participante 23. Comunicación personal, 7 de septiembre del 2021);
asimismo comparten que la pandemia “aumentó las ofertas laborales,
especialmente para el sector salud” (Participante 12, comunicación personal 6
de septiembre del 2021).
Estas
afirmaciones que enfocan su atención en la apertura de oportunidades laborales,
especialmente en el sector salud, se encuentran ligadas a lo postulado por
Rolando y otros, quienes mencionan que las intervenciones sociales desde el
sector salud tuvieron dos grandes transformaciones: la primera, encaminada a
los cambios de la presencialidad a la virtualidad y la alta demanda de
profesionales del sector salud; la segunda, social, orientada por la intención de
intervenir los niveles de salud física y mental, así como el acompañamiento a víctimas
de la pandemia (2021). Con todo, si bien los diferentes entes gubernamentales y
no gubernamentales se enfrentan a grandes restos durante y después de una
crisis como la generada por la pandemia, es una oportunidad de resurgir con
nuevas ideas y el reconocimiento a quien lo amerita, en este caso quienes son
profesionales en Trabajo Social (Bautista, et al., 2020).
Ahora bien, en lo referente al análisis e
interpretación de los resultados se realizó la pregunta ¿cree usted que la
pandemia y las distintas restricciones como aislamiento y distanciamiento
social influyeron en el ejercicio profesional de Trabajo Social?, frente a
la que un total del 96.3% de participantes respondieron afirmativamente,
mientras que solo un 3.7% que mencionaron que no hubo influencia en el
ejercicio profesional. Frente a esto autores como Carballeda (2020) o
Montenegro y Montenegro (2020) afirman que los retos e influencia de la
pandemia en los procesos de intervención desde el Trabajo Social exigen de la
praxis la búsqueda de nuevos horizontes epistémicos y técnicos, si el fin es
comprender y dinamizar la nueva realidad bajo las diversas medidas restrictivas.
Ahora bien, en relación con la justificación en las respuestas ofrecidas
por quienes participaron se encuentra que quien desde su experiencia no
experimentó influencia en su ejercicio profesional manifestando que “actualmente
existen herramientas virtuales las cuales sirven para innovar procesos de
intervención” (Participante 3, comunicación personal, 3 de septiembre del
2021), contrasta con el otro gran porcentaje de participantes, quienes por el
contrario perciben las nuevas formas de relacionarse de forma diferente,
manifestando por ejemplo que “los encuentros presenciales tuvieron
que disminuir y el acceso a la tecnología es limitado para algunas personas” u
otras posturas que responden a las bases propias de atención e intervención
como “ahora todo es virtual y trabajo social es más de comunicación directa”
(Participante 6, comunicación personal, 3 de septiembre del 2021).
Otros
aportes importantes, que a su vez recogen el sentir de quienes afirmaron
experimentar incidencias en su ejercicio profesional, rescatan todo el trabajo
que se desarrolla con poblaciones y grupos de interés que, o no tienen acceso a
medios y herramientas tecnológicas, o a las medidas que limitaban la
presencialidad, mencionando que “las nuevas restricciones hicieron que el
accionar fuera modificado, no existía contacto directo con las poblaciones”
(Participante 7, comunicación personal, 3 de septiembre del 2021); otras
respuestas reflejaron el aumento de trabajo en situaciones en las que por
ejemplo “no era posible realizar actividades comunitarias, con un número alto
de personas” (Participante 8, comunicación personal, 6 de septiembre del 2021),
influyendo en el aumento de encuentros o incluso en la dificultad o
imposibilidad de cumplimiento de metas e indicadores. Asimismo, sucedió con el
cierre de microempresas o negocios propios, pues “tuve que cerrar mi
consultorio por falta de recursos económicos” (Participante 17, comunicación
personal, 6 de septiembre del 2021).
Si bien la mayor
dificultad encontrada en el ejercicio profesional en tiempos de confinamiento fue
precisamente las limitantes existentes para los encuentros presenciales, la ejecución
de visitas, estrategias y técnicas sociales que requieren una cercanía física,
con base en los resultados obtenidos se evidenció que el teletrabajo y el uso
de la tecnología estuvo presente en la transformación de dichas dinámicas
laborales, ya que se concibe también como trabajo remoto o trabajo en casa, pese
a que comparten la existencia de un dificultad
para el contacto físico entre los involucrados para el ejercicio y
cumplimiento de ciertas funciones (Crawford et al., 2011).
Sorpresivamente, las redes sociales y diferentes
plataformas digitales no están en primer lugar como herramientas para el
desarrollo y ejercicio profesional en tiempos de pandemia, pues si bien
facilita la comunicación en un país como Colombia no todos cuentan con acceso a
estos aparatos o a una conexión a internet que les permita hacer uso de los mismos,
pues para antes de la pandemia se contaba tan solo con cerca de 21,7 millones
de personas con acceso a este servicio, aunque progresivamente haya ido
aumentando[5].
En ese orden de ideas, los resultados de la investigación
demostraron que las llamadas telefónicas se convierten en la principal
herramienta de conexión, siendo útil para diferentes procesos sociales como
recepción, atención, seguimientos, evaluaciones, entre tantas funciones que se desempeñan
en los diferentes campos en los que se encuentran no solo quienes participaron
de ella, sino en quienes la ejercen alrededor del mundo. Todo esto puso en
evidencia la practicidad de las llamadas telefónicas, partiendo de que, si bien
la mayoría de personas cuentan con acceso a un teléfono celular, no todos
tienen el servicio de internet o un teléfono específicamente inteligente,
mencionando también el desconocimiento frente al uso de algunas aplicaciones de
comunicación.
En segundo lugar,
dentro las herramientas más usadas para el acercamiento con los diferentes
grupos de interés se encuentran las plataformas de videollamadas como Google Meet, Zoom, Microsoft Teams,
entre otras, las cuales alcanzaron cifras de aumento de descarga entre 40 y 140
veces más a meses previos a la pandemia (Rodríguez, 2020). Por cierto, la
tercera herramienta más usada por quienes participaron del proyecto fueron las
redes sociales, especialmente WhatsApp, ya que con sus múltiples funciones
permite acceder a múltiples opciones como los mensajes de texto, audios y uso
de emoticones y stickers que también juegan un papel muy importante en estos canales
de comunicación. Con todo, allí también hubo mención de herramientas como la
radio comunitaria y consulta en domicilio, ante todo en casos prioritarios en
donde la normatividad lo permitía.
Se hace necesario también rescatar las
experiencias de quienes participaron de la investigación frente a la pregunta ¿cree usted que dentro de
su campo de acción e intervención la pandemia agudizó las problemáticas en sus
grupos de interés?, ante lo que el 77.8% —equivalente a 21
participantes— refieren que sí hubo agudización, frente a un 22.2% —lo cual
respecta a 6 participantes— que manifestaron que no hubo agudización en los problemas
en sus distintos grupos de interés. Justamente, es necesario precisar que los
campos de acción social fueron diversos, pero la predominante aquí gracias a la
muestra obtenida es el de familia.
En la justificación
de las respuestas ofrecidas para este estudio es importante rescatar en primera
medida los aportes frente a la no agudización de los problemas, como por
ejemplo: “no, ya que trabajo con pacientes agudos o crónicos los cuales la
pandemia ayudó a los familiares a estar más en casa y por ende más pendientes
de ellos” (Participante 6, comunicación personal, 3 de septiembre del 2021); asimismo,
afirmaciones con respecto a que no agudizó las situaciones problema pero que “es
mejor realizar las intervenciones de manera presencial, se pueden identificar
muchas cosas, el diagnóstico puede ser más acertado por tanto la intervención
presencial va a generar un mayor impacto” (Participante 28, comunicación
personal, 7 de septiembre del 2021), los cuales son casos atípicos o no muy
comunes que, por el contrario, permiten aumentar la atención a grupos
poblacionales que en situaciones de normalidad no serían prioridad para sus familiares.
Con respecto a la otra opción de respuesta,
fueron bastantes las justificaciones en la incidencia y agudización de los
problemas, como “los casos de abuso sexual y violencia intrafamiliar se
incrementaron exponencialmente” (Participante 1, comunicación personal, 3 de
septiembre del 2021), o ”aumentó la problemática de violencia
intrafamiliar aún más la violencia hacia los niños, niñas, adolescentes y
mujeres teniendo en cuenta la gran cantidad de tiempo que deben permanecer en
la casa en compañía de sus presuntos agresores” (Participante 9, comunicación
personal, 6 de septiembre del 2021), las cuales son algunas de las respuestas
encontradas con respecto a temas familiares y de violencias. Frente a esto, es
importante reconocer que el Trabajo Social no puede desligarse desde la
compresión para su actuar en la existencia de las desigualdades de género y la
violencia que ello implica (Bautista y Castillo, 2020).
Ampliando el
panorama y la diferencia de contextos, también es importante mencionar lo
referido por un participante, quien menciona que “los grupos armados ilegales
aprovecharon la pandemia para incrementar sus acciones violentas” (Participante
11, comunicación personal, 6 de septiembre del 2021), quienes a través de la
imposición de los fundamentos morales para su actuar buscan la apropiación y
normalización de su filosofía a través de la violencia (Castillo, et al.,
2022). Ahora bien, en entornos de salud “porque los pacientes fallecían con más
frecuencia” (Participante 15, comunicación personal, 6 de septiembre del 2021) y,
finalmente, “las personas no estaban acostumbradas a convivir 24/7 y las
situaciones sin resolver estaban enmascaradas” (Participante 16, comunicación
personal, 6 de septiembre del 2021).
Estos resultados permiten corroborar
datos entregados por el Observatorio Colombiano de las Mujeres, quien reportó
un aumento del 142% en llamadas telefónicas en la línea de atención de
violencia (Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2021).
Adicionalmente, invita a la reflexión frente a las víctimas, no solo de
violencia física sino de otra índole, pues también otras fuentes
internacionales de gran impacto como la Organización de las Naciones Unidas
(2021), en compañía de otras como la OMS, refieren que la atención en salud física
y psicosocial debe ser prioridad en el confinamiento, pues el hogar —haciendo
referencia a la vivienda como estructura física y las dinámicas familiares que
se dan dentro de ella— no siempre es un lugar seguro, especialmente para
personas en condiciones de vulnerabilidad o indefensión. Asimismo, la
importancia para las Ciencias Sociales y Humanas en la posibilidad de comprender
dichos procesos de adaptación y aportar significativamente a ellos (Almeida et
al., 2021).
Finalmente, es preciso señalar que
desde la experiencia del ejercicio profesional se pueden obtener grandes
aportes, aprendizajes y oportunidades de mejora, por lo cual se preguntó a quienes
participaron de la investigación acerca de los retos que enfrentaron durante la
pandemia, así como respecto a los venideros postpandemia. Para ello, se
agruparon las respuestas por similitud en las siguientes subcategorías:
confianza y motivación a participación de los grupos de interés, reconocimiento
de las realidades sociales y, por último, capacitación y uso de las estrategias
remotas.
De esta manera, en lo
referente a la confianza y la motivación de los diferentes grupos de interés se
encuentran aportes significativos como que “el principal reto es la capacidad
de innovar, de solucionar y de estimular a la sociedad a participar a la
distancia” (Participante 6, comunicación personal, 3 de
septiembre del 2021), pues si bien esto puede cambiar en la
postpandemia, hay estrategias digitales que llegaron para posicionarse y ser
una gran herramienta de atención. Otra repuesta importante refiere a “mantener
a la comunidad interesada en el apoyo que de brinda la profesión” (Participante
26, comunicación personal, 7 de septiembre del 2021), así como “lograr seguir abriendo espacios de intervención desde la
profesión” (Participante 9, comunicación personal, 6 de
septiembre del 2021) que, si bien se ha posicionado en las últimas
décadas, puede seguirse afianzando frente a la importancia de la profesión
desde la especificidad y el trabajo interdisciplinar para la atención
psicosocial.
Ahora bien, dando
paso a la subcategoría del reconocimiento de las realidades sociales frente a
los retos para la profesión, se menciona la necesidad de “poder detectar la
verdadera realidad de los sujetos sociales” (Participante 3,
comunicación personal, 3 de septiembre del 2021), puesto que la
presencialidad se vio limitada y se tuvo que realizar dicho acercamiento a
través de otras estrategias; es así como también se invita a “elaborar
protocolos de atención a comunidades y familias de áreas dispersas” (Participante
11, comunicación personal, 6 de septiembre del 2021), pensando precisamente en las diferentes realidades y los recursos con
los que cuentan o no ciertos grupos poblacionales que requieren atención
psicosocial. Asimismo, otra de las respuestas promueve ser conscientes y
sensibles frente a las posibles transformaciones individuales, familiares y
sociales a través de “un acercamiento con las personas, ya que
los cambios de vida fueron drásticos (Participante 5, comunicación personal, 3
de septiembre del 2021)”.
Por último, la subcategoría que responde a
los aportes encaminados a la capacitación y uso de las estrategias remotas, las
cuales van desde retos estructurales como “desarrollar estrategias remotas para
la atención y la intervención comunitaria, así como la generación de proyectos
nuevos y estar involucrados en los procesos de planeación y gestión”
(Participante 8, comunicación personal, 6 de septiembre del 2021), frente a lo
que es posible reconocer las estrategias remotas y digitales como herramientas
importantes para la atención y acercamiento a las comunidades, así como la
incidencia macro para mejorar y garantizar el acceso a los aparatos
electrónicos necesarios y, finalmente, el reconocimiento de la oportunidad de
mejora con respecto a capacitación bidireccional en el “manejo de redes —sociales
y de apoyo— y de tecnología —
reuniones virtuales— para mejorar la calidad
de atención e intervención” que se complementa de forma adecuada con la
capacitación en “plataformas digitales, mayores niveles de tolerancia,
enriquecimiento del vocabulario” (Participante 10, comunicación personal, 6 de
septiembre del 2021).
Los resultados
de la investigación acá presentados han permitido reflexionar frente al impacto
que tuvo la pandemia, sus consecuencias y medidas de prevención de contagio en
las diferentes esferas sociales. Ahora bien, enfatizando en el ámbito laboral
para el Trabajo Social se evidenció que existen patrones de incidencia negativa
en los distintos campos de acción, pese a lo cual también se reconoce una gran
oportunidad para el posicionamiento y la consolidación profesional en campos
como el de la salud, que si bien es un área interdisciplinar, en cuanto al Trabajo
Social demostró la importancia y la necesidad de hacer parte de dichos equipos
para la atención integral de los diversos grupos poblacionales y sujetos
sociales, comprendiendo el bienestar no sólo como un componente físico sino también psicosocial.
Asimismo, fue posible evidenciar la necesidad de
fortalecer acciones hacia los sujetos —familias, comunidades y grupos vulnerables— que la cuarentena
aisló y excluyó aún más de las dinámicas sociales, pero a su vez hizo visibles
las acciones propias de la disciplina, en el sentido en el que el Trabajo Social
realiza acompañamiento psicosocial y comunitario en los contextos y campos de
intervención social, lo que se podría pensar y constituir como un nuevo
escenario de reconceptualización disciplinar que lleve a revisar las bases
ontológicas y metodológicas del ser y el hacer profesional, no solo en épocas
de crisis y aislamiento, sino en lo que implica reconstruir tejidos sociales.
Con todo, las múltiples estrategias y medidas tomadas por
los gobiernos locales, departamentales y nacionales incidieron en el ejercicio
profesional para el Trabajo Social, especialmente limitando los encuentros
presenciales, lo que llevó a repensar los canales de comunicación e interacción
dando paso a la implementación de diferentes herramientas digitales, como
llamadas telefónicas, plataformas de videoconferencias y uso de redes sociales.
Estas, no obstante, su utilidad, resultan poco viables para un contexto como el
de Colombia desde enfoques de universalidad y equidad, pues existen limitantes
como la nulidad de señal en algunos sectores apartados, la carencia de acceso a
internet o, incluso, a algún dispositivo inteligente que les permita el acceso
a las aplicaciones; asimismo, el gran desconocimiento en el uso de tales
herramientas complejizó la comunicación e interacción y, por ende, el
acercamiento profesional.
Quienes hoy ejercen el Trabajo Social lo hacen desde una mirada
de los Derechos Humanos, lo cual lleva a retomar con profundo respeto todos los
momentos y ejercicios históricos de reconceptualización que se han suscitado anteriormente,
los cuales han estado caracterizados por su promoción, defensa y respeto; sin
embargo, en un escenario de pandemia, aislamiento social, cuarentena, perdida
de amigos y familiares, es donde toma vigencia la construcción de miradas
disciplinares y profesionales desde esta perspectiva, buscando unos mínimos
dignos de vida individual y colectiva.
Se puede considerar que la pandemia generada por la COVID
19 planteó un desafío profesional desde el campo de la intervención y el
acompañamiento sociofamiliar, teniendo en cuenta la necesidad de redefinir
métodos, instrumentos, herramientas y técnicas de encuentros a través del uso de
las tecnologías de la información, lo cual se considera como un proceso que
seguirá en las sociedades de la postpandemia. En todo caso, los retos para la
profesión desde una perspectiva reconceptualizada y posreconceptualizada dejan
en segundo plano a las acciones asistenciales y caritativas, en ocasiones
carentes de apoyos tangibles o materiales, lo cual motiva la participación de
los sujetos o grupos de interés que buscan la inmediatez, pues si bien muchos
apoyos fueron entregados en especie, existieron otras estrategias psicosociales
que no tenían la participación esperada, siendo entendible por aspectos como el
riesgo y el miedo al contagio, así como la recuperación propia, de un familiar
o, incluso, en torno a los procesos de duelo que muchas personas atravesaron y que
retaban las habilidades del profesional para el cumplimiento de metas y
objetivos con las comunidades.
Finalmente, la
pandemia generó muchas emociones y sentimientos encontrados de tristeza, miedo,
soledad, desesperación, pero a su vez demostró que son los profesionales en
Trabajo Social, así como los partícipes de equipos psicosociales, los llamados
a construir y promover caminos de esperanza, equidad y justicia social a través
de procesos participativos, reconociendo las diversas realidades y contextos
sociales, pero siempre buscando estrategias de comunicación y acercamiento
físico, con el ánimo de propiciar una integralidad dentro de las posibilidades
y los recursos actuales en el momento de las atenciones.
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* Artículo inédito de investigación
científica
[1] Trabajador
Social y Especialista en Familia y Vínculos Intergeneracionales de la Fundación
Universitaria Juan de Castellanos. Miembro del Grupo de Investigación Ciclo
Vital Familia y Desarrollo Humano de la Fundación Universitaria Juan de
Castellanos. hbautista@jdc.edu.co
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4336-0594
[2] Trabajador
Social de la Universidad Nacional, Especialista en Gestión Pública de la
Escuela Superior de Administración Pública; Especialista en Gestión del
Desarrollo en Planeación Territorial de la Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia; Especialista en Paz y Desarrollo Territorial de la Corporación
Unificada Nacional de Educación Superior; candidato a Maestría en Derechos
Humanos y Gestión para la Transición del Posconflicto de la Escuela Superior de
Administración Pública. Miembro del Grupo de Investigación Ciclo Vital Familia
y Desarrollo Humano de Fundación Universitaria Juan de Castellanos. jafranco@jdc.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8512-1375
[3] Trabajadora Social y Especialista en
Familia y Vínculos Intergeneracionales de la Fundación Universitaria Juan de
Castellanos. lmendivelso@jdc.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3845-5265
Fecha de
recibo: 26/09/2022 Fecha de aceptación:
10/02/2023
[4] La asistencia
social evolucionó con los años y procesos de reconceptualización a lo que hoy
es el Trabajo Social, estando sostenido en el presente en una perspectiva más
amplia de intervención y transformación de la sociedad.
[5] Hacia el 2020 alcanzó una cifra
cercana a los 950 mil nuevos hogares con conectividad a internet (Ministerio de
Tecnologías de la Información y Comunicaciones, 2021).