Este
artículo expone los resultados de la investigación de Maestría en Estudios
Latinoamericanos de la Pontificia Universidad Javeriana, cuya sistematización
de experiencias se centró en comprender la configuración de las subjetividades
políticas del colectivo de Mujeres EntreRedes en medio de su proceso de
educación popular. Así pues, para llevarlo a cabo se utilizó el método
biográfico y autobiográfico narrativo que logró consolidar los objetivos, las
prácticas organizativas, los momentos significativos, las actividades, los
aprendizajes y los retos que enfrentan las mujeres diversas en el actual
contexto capitalista, neoliberal y patriarcal propio del sistema hegemónico
globalizador; en consecuencia, se dio cuenta de cómo los sectores populares han
impulsado propuestas de educación popular feministas que buscan, a partir de
prácticas políticas, transformar los espacios y las estructuras socialmente
establecidas. Además, los relatos permitieron comprender que la formación
política —como un eje transversal— es un campo productor de conocimiento que
permite la materialización de transformaciones sociales e identitarias, en
donde cobra especial relevancia la memoria como posibilidad de reconstrucción
de la historia individual y colectiva, contribuyendo así a enriquecer el campo
epistemológico.
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Palabras
Clave: sistematización de experiencias, subjetividades
políticas, educación popular, mujeres diversas, organización social,
pensamiento crítico, género y feminismo.
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Gender and political subjectivities: a collective experience on feminist
popular education.
Abstract
This article provides the results of a research study developed in the
Master in Latinamerican Studies (Estudios
Latinoamericanos) at Pontificia Javeriana
University. The systematization of experiences focused on understanding the
configuration of the political subjectivities of the collective Mujeres EntreRedes
in their popular education process. The biographical and autobiographical
narrative method was used to carry out the study, which resulted in the
achievement of the set objectives, organizational practices, outstanding
moments, activities developed, learning processes, as well as the challenges
women face nowadays in the capitalist, neoliberal and patriarchal context of
the globalized hegemonic system. Consequently, it was set how popular sectors
have promoted feminist popular education proposals seeking to transform
socially established spaces and structures through political practices. In
addition, the narratives allowed to understand that political formation, as a
transversal axis, is a field that generates knowledge and fosters social and
identity transformations. Therefore, memory gained such importance when
reconstructing individual and collective history, as contributed to enriching
this epistemological subject field.
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Keywords: systematization of experiences, political
subjectivities, popular education, diverse women, social organization,
critical thinking, gender and feminism. |
Le
Genre et les Subjectivités Politiques: une Expérience
Collective d’Éducation Populaire Féministe
Résumé
Cet article expose les résultats de recherche dans la
Maîtrise en Études Latino-Américains de l’Université Pontificale Javeriana, et dont la systématisation d’expériences est
focalisée sur la compréhension de la configuration des subjectivités politiques
du collectif Mujeres EntreRedes dans
leur processus d’éducation populaire. À cette fin, les méthodes narratives
biographique et autobiographique ont permis de consolider les objectifs, les
pratiques d’organisation, les moments importants, les activités, les
apprentissages et les défis affrontés pas les femmes diverses dans l’actuel
contexte capitaliste, néolibéral et patriarcal du système hégémonique et mondialisateur. En conséquence, on rend compte de la
manière dont les secteurs populaires ont promu des propositions d’éducation
populaire féministes qui cherchent, sur la base des pratiques politiques, à
transformer les espaces et les structures sociales établies. Les récits ont
permis, en plus, de comprendre que la formation politique –comme un axe transversal-
est un domaine producteur des connaissances permettant la mise en œuvre des
transformations sociales et identitaires, où la mémoire comme possibilité de
reconstruction de l’histoire individuelle et collective est particulièrement
importante et contribue à enrichir le domaine épistémologique.
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Mots clé: Systématisation
des expériences, subjectivités politiques, éducation populaire, femmes
diverses, pensée critique, genre et féminisme. |
Este artículo tiene el propósito de
presentar la sistematización de experiencias del colectivo de Mujeres
EntreRedes como un proyecto de organización social que busca subvertir desde el
feminismo, y a través de la educación popular, aquellas prácticas inherentes al
actual sistema globalizador, hegemónico y patriarcal. De esta manera, se
presenta la justificación, luego se enuncian las categorías de análisis y la
metodología utilizada durante el proceso, para finalmente explicitar los
resultados y conclusiones.
La importancia de los movimientos sociales
contrahegemónicos en Latinoamérica subyace en la necesidad de transformar la
historia en relación con el proceso de dominación y colonización europeo-americano.
Hoy, la conformación y articulación de distintas formas de pensamiento posibilitan
establecer diferentes frentes de lucha social encaminadas a generar cambios
estructurales que permitan transformar la realidad y la manera en la que se han
organizado y conformado las sociedades con hondos vacíos y silencios
colonialistas. De esta manera, los “diversos intentos de recomposición y
rearticulación, superando esta ausencia originaria, permitirán dar un sentido a
las luchas y dotar de fuerzas históricas de una positividad plena” (Laclau y Mouffe, 1987, p. 15).
Asimismo, estas
fuerzas históricas que luchan contra siglos de colonización en Latinoamérica también
se enfrentan a gobiernos fascistas que reprimen a los pueblos del continente a
través de los organismos estatales. Las consecuencias de estas represiones devienen
catastróficas: son notorias las distintas estrategias militares y de guerra
para reprimir a las poblaciones que se manifiestan en movilizaciones pacíficas
multitudinarias ante las decisiones políticas que toman los Estados y que
vulneran los derechos de las sociedades, las cuales van desde el uso de armas
que dejan sin ojos —esta técnica es utilizada como una forma de tortura que
mutila el cuerpo, cuya pretensión es fomentar el miedo y la incertidumbre—, hasta
detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, asesinatos, uso excesivo de
la fuerza y estigmatización generalizada de las personas defensoras de Derechos
Humanos. Sin embargo, bajo un panorama tan complejo es perceptible que el
continente sigue resistiendo desde todas las formas de trabajo colectivas
posibles. En efecto, mientras el fascismo societario sigue excluyendo y
rechazando a su suerte a las clases más vulnerables de la sociedad (Sousa,
2008), los movimientos sociales —es decir, la clase trabajadora, el movimiento obrero, las
colectividades docentes, estudiantiles, indígenas, campesinas, LGTBIQ+,
feministas, sindicales y de madres—continúan fortaleciéndose y dándole sentido
a las luchas populares, barriales, así como dotándolas de fuerzas históricas,
positividades plenas y poder popular, bajo la idea de que “en un mundo
globalizado, tales relaciones deben emerger como globalizaciones
contrahegemónicas” (Ibid., p. 9). De ahí que la eficacia de las acciones
colectivas lleve a consolidar el amor por los procesos de resistencia y lucha.
En el caso
colombiano, la diversidad de grupos sociales contrahegemónicos trabaja en
conjunto para resistir, superar y transformar las actuales políticas de miedo,
represión y precarización que ha instaurado el Estado a través del actual
gobierno. No obstante, es importante recordar que tal estado de cosas viene
conformándose desde tiempo atrás; es decir, con las elecciones presidenciales
del año 2002 iniciaron dos décadas de gobiernos antidemocráticos, represivos e
injustos, frente a lo que ha sido necesario aunar fuerzas desde distintos
sectores de la sociedad a través de distintas formas organizativas que luchan
por los derechos propios a partir de lo que Boaventura
de Sousa llama la teoría de la traducción, la cual “permite identificar el
terreno común que subyace a una lucha indígena, a una lucha feminista, a una
lucha ecológica, etcétera, sin cancelar nada de la autonomía o la diferencia
que les dé sustento” (2008, p.16). Así, “la resistencia inicial a lo neoliberal
dentro de esta globalización homogenizante fue creciendo hasta arrinconar en
parte a los poderes mundiales” (Fals, 2013, p. 73). Con todo, es a partir de
este pensamiento incluyente y transformador desde donde se pretende cambiar las
políticas del actual gobierno opresor que ha profundizado la crisis política,
económica, social y ambiental.
En suma, este contexto permite percibir que
es fundamental seguir fortaleciendo los distintos procesos de lucha, pero que también
se requiere conformar nuevos movimientos educativos, culturales, políticos,
sociales y económicos que tengan en cuenta a los excluidos, los sin voz, a las
víctimas del actual sistema dominante (Fals 2013). Por consiguiente, la
sistematización de experiencias buscó comprender la configuración de las
subjetividades políticas en el proceso de educación popular feminista de Mujeres
EntreRedes, partiendo de la necesidad de visibilizar la práctica educativa de
esta naturaleza y, a la vez, de aquellos espacios de resistencia y lucha que han
contribuido en la construcción de un mundo más incluyente, equitativo y diverso
en relación con las políticas de género y la conformación de nuevas formas de
correspondencia en el trabajo colectivo en donde el saber y el hacer son
elementos vitales para transformar los contextos habitados, ya que “se trata
definitivamente de otra manera de hacer política, una política de los vínculos,
una gestión vincular, de cercanías, y no de distancias protocolares y de
abstracción burocrática” (Segato, 2016, p 27). En términos generales, se quiso
fortalecer y crear nuevos espacios educativos que resistan los embates del
sistema hegemónico globalizador, así como las políticas de guerra del actual
estado opresor.
Para llevar a cabo la construcción del marco
conceptual se abordaron tres categorías que fueron de vital importancia para
comprender el desarrollo de la sistematización del proceso de Mujeres
EntreRedes: primero, se hizo énfasis en desarrollar aspectos desde la
subjetividad política; luego se abordó el feminismo desde un enfoque de género;
y, finalmente, se centró en destacar los aspectos más relevantes de la
educación popular. Así, se logró desarrollar un marco enfocado en la historia,
los conceptos y autores que dieron cuenta de la importancia que tiene abordar
estos temas para enriquecer el campo epistemológico.
La metodología de trabajo se centró en desarrollar
la sistematización de experiencias como un ejercicio de producción de
conocimiento crítico, por lo que durante el transcurso de las narraciones la
experiencia buscó recopilar e interpretar la práctica de la pedagogía popular
de aquellos momentos que se dieron en el marco de la escuela de educación
popular con perspectiva de género de Mujeres EntreRedes. De hecho, desde esta
perspectiva de investigación se indagó por la configuración de las
subjetividades políticas desde los aprendizajes, experiencias y trayectorias
del colectivo, con el fin de comprender y reflexionar desde un pensamiento crítico
los contextos que habitamos. En relación con ello, Oscar Jara (2012) apunta que
“el concepto de Sistematización de Experiencias ha sido creado históricamente
en América Latina como producto del esfuerzo por construir marcos propios de
interpretación teórica desde las condiciones particulares de nuestra realidad”
(p. 3).
Es así como el
proceso de sistematización se manejó por medio del método biográfico y
autobiográfico narrativo considerado una herramienta de construcción de
conocimiento popular a partir de la entrevista en profundidad, la línea de[i] tiempo y el grupo de
discusión, todo en el marco del confinamiento por el virus Covid 19. Fueron
pues entrevistadas seis mujeres diversas que contestaron el cuestionario de
cuarenta y nueve preguntas de corte autobiográfico. Ahora bien, la técnica utilizada
para el análisis interpretativo de los datos descrita por Antonio Bolívar,
Jesús Domingo y Manuel Fernández (2001) fue el análisis comparativo horizontal,
de manera que se quiso identificar cuáles eran los patrones recurrentes en los
temas comunes o regularidades, solapamientos y divergencias en los ciclos de
los relatos de vida. También se utilizó el análisis temático de los relatos de
vida, lo que permitió el estudio de los temas y aspectos narrados según el
significado que se le otorgo a la investigación. Para finalizar, se realizó lo
que Bolívar —retomando a Denzin— llama el arte del bricolaje, entendido
como “una recreación de la narración del /os informante /s, por lo que el
investigador practicando un cierto arte del bricolaje, debe unir las piezas de
modo que otorguen un significado” (2001, p. 207).
Gráfica
1
Nube
de palabras surgida de las entrevistas autobiográficas
Fuente: Programa NVIVO
Los elementos que ayudaron en la
comprensión de la configuración de las subjetividades políticas del colectivo
de Mujeres EntreRedes en su proceso de educación popular son el resultado de narraciones
que siguen el curso de la historia desde diversas perspectivas políticas, puesto
que estas se configuran y reconfiguran en espacios que están en constante
movimiento y transformación a nivel individual y colectivo; de ahí que los
relatos sirvan como un puente que une la memoria y la experiencia de vida. En
efecto, estos elementos estrechamente ligados con la imaginación y la creación
de otros mundos posibles permitieron develar distintos aspectos que marcaron
significativamente los espacios vitales de las mujeres diversas.
A propósito, Christine
Delory- Momberger denomina
la experiencia como “la manera en que cada uno de nosotros nos apropiamos de lo
que vivimos, experimentamos, conocemos; es aquello en lo que hacemos ‘experiencia’”
(2014, p. 697). Además, cabe destacar la importancia y los efectos terapéuticos
que tiene rememorar, volver a contar, volver a vivir y sentir como camino que
permite pasar de lo individual a lo colectivo; la memoria como un paso obligado
hacia la historia (Arfuch, 2013).
Durante el proceso
la narración permitió llevar adelante la reconstrucción de la historia en
relación con los procesos de identidad de clase, el territorio, los
estereotipos de género, los roles e identidades de género y la organización
social. Así, se emprendió un viaje por tres apartados fundamentales que
consolidaron las cinco dimensiones de la entrevista. La primera de ellas,
“Somos Sur”, abordó los primeros años de vida hasta el colegio y la elección de
la carrera; la segunda, “Alzar la Voz”, transitó por la configuración del
género hasta la consolidación del proyecto emancipatorio del colectivo Mujeres
EntreRedes; y, por último, “Mujeres Diversas Antipatriarcales”
buscó resaltar sus horizontes, prácticas y retos. Como resultado, el desarrollo de estos tres
apartados permitió comprender la configuración de las subjetividades políticas
en el proceso de educación popular desde una perspectiva de género.
Es importante destacar
que hay dos momentos iniciales que marcan significativamente las trayectorias
de vida: las infancias y el territorio en el cual estas se desarrollaron. Respecto
a esto, las historias se desenvuelven al sur de Bogotá en barrios como
Arborizadora Alta, El Codito, Jaqueline, Cazucá, San Marcos y Compartir —estos
últimos dos ubicados en el municipio de Soacha—, los cuales comparten
características que permiten comprender cómo se han configurado las distintas
identidades desde una relación de clase que devela una profunda inequidad de la
riqueza en estas zonas y que se extiende en todo el país; a esto se añade la
precaria situación del acceso a los servicios básicos y las pocas posibilidades
que tienen sus habitantes para cubrir las necesidades básicas debido a las condiciones
de pobreza extrema. En consecuencia, surgen distintas problemáticas sociales
que se han profundizado con el pasar de los años y hoy día siguen vulnerando a
la población. Tal es el caso del paro nacional en Colombia de 2021que
protagonizan distintos sectores de la sociedad, momento histórico que
precisamente ha permitido que el pueblo colombiano alce su voz para solicitar
al gobierno nacional no seguir con distintas reformas políticas que, de ser
aprobadas, llevarían al país a una crisis social y económica aún más grande, que
afectaría principalmente a los sectores más vulnerables. Asimismo, ha permitido
ver la cara de un Estado que violenta los derechos humanos, reprime la protesta
social, desaparece personas, viola mujeres diversas y realiza masacres en
distintas ciudades del país, dejando a su paso toda clase de víctimas que han
sido afectadas de múltiples formas a través de detenciones arbitrarias,
torturas, mutilaciones y pérdidas de seres queridos, entre otras. Todo esto ha
sucedido bajo un modelo económico que ha precarizado las condiciones sociales,
económicas, políticas, y ambientales, de ahí que quienes están más expuestos a
estos contextos sean las juventudes que desde sus pocas oportunidades para
estudiar o trabajar quedan desprotegidas bajo un sistema capitalista injusto
que solo vela por el beneficio de las clases ricas y dominantes. Por supuesto,
bajo estas circunstancias es difícil imaginar alternativas, “dado que el
régimen actual se torna más violento e impredecible conforme pierde coherencia,
agravando así la vulnerabilidad de los grupos sociales, las regiones o las
naciones subordinados” (Sousa, 2008, p. 7).
Pese a todo, los
relatos de la sistematización exponen infancias tranquilas y felices que se
desarrollan desde una autonomía y responsabilidad muy temprana, lo que no
excluye los peligros y las dificultades que se tienen que afrontar alrededor de
una sociedad fragmentada. En este sentido, algunos de los relatos narraron
distintos acosos como el hurto, la violencia sexual —piropos, acoso, personas
que exhiben sus genitales—, la inseguridad. Estas circunstancias generan un
malestar que luego se manifiesta desde una conciencia feminista. De hecho, el tránsito entre darse cuenta y
tomar conciencia de lo que ocurre alrededor permite experimentar distintas
formas de subjetivación en distintos espacios de tiempo, sea este no lineal,
simultáneo, coexistente, sincrónico. De ahí que las prácticas institucionales
que marcaron los roles y las identidades de género fueron determinantes para la
toma de conciencia, así como las experiencias vividas en los colegios, las
universidades, los trabajos y que estuvieron marcadas por los estereotipos de
género que impone la sociedad desde instituciones económicas, sociales, políticas
y religiosas que instauran una división que solo contemplan a los hombres y las
mujeres (Conway, Bourque, y
Scott 2013). Con todo, y como resultado de estas divisiones identitarias, las
mujeres estuvieron relegadas y fueron silenciadas en ciertos espacios como los
mencionados anteriormente. En este
sentido Angie narra lo siguiente:
“Mujeres
EntreRedes logró articularnos mucho y posicionar el trabajo de las compañeras
en las organizaciones, porque muchas antes como que no hablaban, no
participaban, trabajaban muchísimo, eso sí, el trabajo en los barrios y en los
territorios era fuerte, unas apuestas muy interesantes, pero pues muchas veces
desde el silencio” (A. Montero, comunicación personal, jueves 15 de octubre de
2020).
Además, los
relatos muestran una clara desigualdad de las relaciones de género en los
movimientos sociales y colectivos diversos de los que las mujeres diversas hacen
o hicieron parte, ya que pocas veces se las reconoció como creadoras de saber; en
palabras de Juliana Flórez
pocas veces se piensa en el feminista como un movimiento
productor de saber. Esta negación es palpable al mundo académico. Allí se
reconoce con facilidad las enseñanzas del marxismo y el psicoanálisis, pero
difícilmente se mencionó con nombre propio las del feminismo (2015, p. 119).
Asimismo, Vanessa lo relata
de la siguiente manera:
escuché varios comentarios de mujeres y de hombres en
donde planteaban que Mujeres EntreRedes no era importante, que no aportaba para
nada a la organización y lo único que hacía era separarnos como organización
que el enemigo de clase era fundamental, que la lucha de clase y la lucha
política eran primero, que ya la lucha feminista (V, Muñoz, comunicación
personal, miércoles 13 de octubre 2020.
Por consiguiente, se
agudizan los procesos de dominación y sometimiento colonialistas de tipo
patriarcal que relegan, coartan la autonomía y la libertad de las identidades
de las mujeres diversas, ante lo que —sin darse cuenta aún que
esta toma de conciencia tenía una correspondencia con el feminismo o los
procesos de género— nacen distintas formas de resistencia a temprana
edad que se relacionaban con la desobediencia a las normas, la indisciplina, el
reclamo de derechos, la indignación con los espacios patriarcales, lo que
muestra una particular forma de posicionamiento que implica una subjetivación
política inicial que más adelante va a consolidarse en sus experiencias
feministas con perspectiva de género. De hecho, reconocer estas circunstancias
permitió la configuración de la subjetividad política orientada a romper con tales
estereotipos, no solamente al recuperar los espacios y actividades como un
derecho pleno, sino que también desde la necesidad de buscar espacios que
reivindicaran sus derechos como sujetos políticos.
Sin embargo, este darse
cuenta no surgió de la nada: también de las mismas instituciones que fueron segregadas
surgieron elementos que permitieron la transformación de la subjetividad, los
cuales estaban relacionados con personas influyentes como profesores y
profesoras, amigos y amigas, quienes lograron dar un sentido al presente y al
futuro. En el caso de los y las docentes, estos contribuyeron guiando desde
distintos campos pedagógicos temas de interés sobre el cuerpo, el autocuidado,
las proyecciones profesionales, el arte, la música, la danza, la literatura,
realizando análisis de coyuntura, entre otros. En este sentido, casi todas las
historias concordaron en que, aunque mucho antes ya se reflexionaba sobre
estudiar una carrera enfocada en las Ciencias Humanas, las experiencias vividas
con sus docentes fueron un espacio fundamental en la elección
de la carrera profesional. De ahí que la identidad de clase sea un factor
determinante, ya que desde las pocas opciones que tienen las juventudes para
acceder a la educación superior, obtener este logro les permitió mejorar sus
condiciones de vida, así como acceder a un proceso de profesionalización
posibilitó ampliar la visión de los contextos vividos y realizar un análisis
crítico de la realidad, lo que produce seres capaces de realizar cambios
sociales a nivel individual y colectivo. De ahí que para Gloria: “El análisis de la realidad es extremadamente
importante, no como un adorno o un tema añadido, sino como un elemento
constitutivo del análisis y por supuesto de los temas relacionados con la
violencia” (G, Bermúdez, comunicación personal, lunes 19 de octubre de 2020)
En
teste mismo sentido Adriana resalta como la educación superior fue fundamental
en la transformación de sus subjetividades políticas: “la Universidad me ayudó
a tener una visión crítica, de encontrar mucho ese pensamiento, postura y formas,
encontrar de pronto aliadas inclusive pocas, pero ahí están” (A, Molina,
comunicación personal, lunes 22 de octubre de 2020)
El encuentro y la
consolidación de estos rasgos subjetivados, diversos y particulares dieron paso
a la articulación de distintas formas de trabajo al interior de un proceso
organizativo que buscaba la autonomía de sus prácticas políticas. En
consecuencia, surge la necesidad de alzar la voz para crear un espacio autónomo
que permitiese tomar la palabra y expresar las ideas que no salían a la luz en
los espacios mixtos; dicho de otro modo, la subjetividad política se despliega
hacia otras formas de relacionamiento con las otras y los otros. Claudia Tovar
(2015) define la subjetividad como “el conjunto de formas personales y
colectivas de sentir, entender, actuar y situarse en una trama intrincada de
relaciones sociales. Se trata de reconocer formas diferenciadas de ser y estar
en el mundo” (p. 86), con lo que se comprende de qué forma estos procesos de
subjetivación individual y colectiva llevan a un grupo de mujeres diversas a
reivindicar sus derechos desde propuestas encaminadas a despatriarcalizar los
colectivos, los movimientos sociales y todos aquellos espacios habitados. Por
cierto, Deleuze retoma a Foucault al decir que la subjetivación es “constituir
un interior desde el exterior, constituirse como el pasajero por excelencia,
meterse en el interior de lo exterior” (Deleuze, 2015, p 125), es decir que se
constituye desde el campo de la experiencia, no desde una interioridad
solitaria. En definitiva: es una interioridad con los otros; desde el trabajo
conjunto y colectivo se construyen y emergen las subjetividades.
Ahora bien, al consolidar el proceso de
educación popular feminista inicia un recorrido en el que se van clarificando
las ideas y los horizontes políticos, lo que permite un discurso empoderado que
logra desarrollar autonomía, seguridad, credibilidad y autoestima en los
espacios políticos de las mujeres diversas; es decir, esta dimensión individual
y colectiva de la subjetividad cobra un sentido político importante en el
desarrollo de las prácticas organizativas. Asimismo, estos cambios tienen un
valor importante, puesto que la transformación de las subjetividades cambia el
curso de la historia de las mujeres diversas desde sus posiciones como sujetos
políticos.
Habría que decir también que, en la medida
que el proyecto organizativo avanzaba, la educación popular se estableció como
un eje transversal de conocimiento fundamental para el desarrollo y puesta en
marcha de las prácticas organizativas que posibilitan el análisis de la
realidad y transformación social; es decir, sustentada principalmente desde la
praxis educativa que se puede entender como un proceso político pedagógico que
se centra en el ser humano (Jara, 2018) Así, la escuela de formación política con
perspectiva de género se proyecta como un horizonte de objetivos e ideales
realizables. Piedad Ortega (2018), por ejemplo, invita a ver la educación
popular como “un horizonte epistémico, una construcción de referentes políticos
y éticos y sobre todo opciones de vida en colectivo” (p. 117), con lo que al ser
educadoras populares se da el desarrollo de una conciencia crítica feminista
desde una perspectiva de género que posibilita los procesos de formación y
autoformación en distintos espacios organizativos. Por su parte, Álvaro Vieira
Pinto citado por Paulo Freire plantea que la conciencia crítica “es la
representación de las cosas y de los hechos como se dan en la existencia
empírica en sus correlaciones causales y circunstanciales” (Freire, 2013, p.
99). Después de todo, es la planificación de las escuelas la que permite
afianzar el trabajo colectivo; pero también sirve como herramienta de
participación conjunta que se realiza de manera horizontal, donde las prácticas
organizativas se rigen por un modelo conjunto que no está precedido por nadie. lo
que propicia que se planteen preguntas, reflexiones y acciones sobre aspectos
relacionados con las prácticas patriarcales, produciendo cambios en las
estructuras sociales y en las subjetividades políticas feministas. Así, se
consigue reforzar los espacios intelectuales de lucha colectiva y
reivindicación de los espacios habitados por las mujeres diversas, tal como se
observa en la Gráfica 2.
Grafica
2
Momentos
significativos Mujeres EntreRedes
Fuente: Elaboración propia
Otro aspecto
importante en el planteamiento de las prácticas organizativas fue construir los
horizontes y los retos desde una perspectiva presente y futura. Tales elementos
ayudaron —y ayudan— a tejer un sentido importante en la transformación de las
subjetividades políticas, puesto que contribuyen a consolidar nuevas relaciones
sociales desde los afectos y, con ello, conducen a reflexionar los procesos y a
fortalecer al mismo tiempo la lucha de las mujeres diversas en la organización
social.
De igual manera, desde la proyección
personal las mujeres diversas se plantearon distintos horizontes realizables,
tales como la necesidad de vivir la subjetividad como un espacio de sueños
tangibles e intangibles que se desplazan desde la memoria hacia los momentos
presentes y hasta los momentos futuros. Se trata de sueños que pretenden
impulsar una formación académica hasta seguir trabajando por un mejor
país. De hecho, la oportunidad para
tomarse un tiempo y mirar hacia adelante da cuenta del sentido de seguir
alimentando la experiencia, pero al mismo tiempo la capacidad de pensar otro
mundo posible y realizable; es decir, seguir construyendo la vida. En palabras
de Alexander Ruiz y Manuel Prada
pensar - vivir la subjetividad hoy
implica la posibilidad de plantear sueños realizables, que partan del
reconocimiento de lo propio en tensión con lo extraño; que recuperen las
memorias para rastrear aquello que es susceptible de construir un horizonte de
expectativas (Ruiz y Prada, 2002, p. 199).
Dentro de estas
proyecciones, en el nivel organizativo las mujeres de EntreRedes siguen su
trabajo político emancipatorio a través de las nuevas generaciones. En este
camino tienen muchos retos por delante: uno de ellos es seguir avanzando desde
nuevas perspectivas de trabajo colectivo, en el cual ya no participan
activamente las fundadoras del proyecto. Las nuevas generaciones de mujeres
diversas proponen generar espacios de formación que buscan explorar nuevas
formas de comunicación, movilización, expresión artística y nuevas
discursividades. Queda un largo camino por delante para seguir avanzado en los
procesos de emancipación popular feminista desde una perspectiva de género
incluyente y diverso. Diana nos da una idea de los retos que vienen en
adelante:
seguir formando a los chicos y a las chicas nuevas que
llegaron a los procesos, especialmente a mujeres EntreRedes, creo que un reto
es innovar, eh, porque muchas veces también, incluso hablando de pedagogía
feminista, de pedagogía popular, a veces nos quedamos en lo mismo, en el mismo cuento,
de lea, debata, que no quiere decir que haya que quitarlo, pero sí innovarlo
(D, Jiménez, comunicación personal, jueves 29 de octubre de 2020).
Igualmente, Yesica
concuerda que es importante seguir trabajando entre las mujeres. “Quizás los
resultados no se den de forma inmediata, pero a largo plazo aportan mucho a la
organización” (Y, Santiago, comunicación personal, lunes 22 de octubre de 2020)
Gráfica
3
Línea de tiempo Mujeres EntreRedes
Fuente: Elaboración
Propia
Conclusiones
La narración de
las experiencias individuales y colectivas de Mujeres EntreRedes permitió
comprender cómo se dio la configuración de las subjetividades políticas en su
proceso de educación popular feminista. Asimismo, se pudo evidenciar que las
experiencias transformadoras inician a una temprana edad y son el resultado de
las interacciones con las y los otros sujetos. La toma de conciencia hacia
estos procesos feministas con perspectiva de género ocurre en espacios de
tiempo indeterminados. En un tiempo no lineal, lo que quiere decir que el
tránsito entre darse cuenta y tomar conciencia de lo que ocurre alrededor, se
da en el momento en el que se reflexiona la realidad desde un pensamiento
feminista crítico emancipador.
Por consiguiente,
los relatos develaron algunos de los elementos que contribuyeron a la
configuración de las subjetividades políticas. Inicialmente, se pudo evidenciar
que las historias de las mujeres diversas se desarrollan en distintos barrios
al sur de la ciudad, en territorios con problemas de tipo económico, político,
social y ambiental, por lo que desde esta relación de clase se puede observar
una profunda inequidad de la riqueza que se extiende a todas las zonas del
país. Producto de estas problemáticas sociales que se han agudizado con el
pasar de los años es posible hablar hoy de la actual coyuntura nacional. En este sentido, Colombia atraviesa por un
momento histórico en el que distintos sectores de la sociedad cansados de estas
injusticias se unen para movilizarse pacíficamente en contra las reformas
políticas que tramita el actual gobierno de extrema derecha. Sin embargo, el Estado le ha contestado a los
manifestantes de forma violenta, reprimiendo, asesinando y vulnerando los
derechos de las personas. De ahí que las juventudes estén más expuestas a estos
contextos, debido a las pocas oportunidades que tienen para tener una vivienda
digna, alimentación, trabajo y estudio; por lo tanto, son también estas quienes
resisten las represiones, lo que ha dejado hasta el momento un número
considerable de víctimas afectadas por las formas represivas del Estado.
Por otro lado, los
relatos permitieron evidenciar que, al momento de narrarse, las mujeres
diversas reflexionaron sobre sus experiencias, la toma de conciencia desde los
aprendizajes vividos y los contextos habitados. En relación con esto,
emergieron elementos que ayudaron a la comprensión de procesos subjetivos tales
como la memoria, la autonomía, la identidad, la educación popular, el
pensamiento crítico, la formación política, el feminismo con perspectiva de
género, la organización social, el trabajo colectivo, el autocuidado, el
sentido y las prácticas organizativas. Asimismo, se evidenció que los asuntos
que motivaron el interés por los estudios de género estuvieron influidos por
las propias historias de vida y las de otras mujeres que han sido un referente
en el trabajo de la educación popular feminista.
En efecto, al ver
que existen estructuras patriarcales que discriminan, someten y no reconocen el
trabajo de las mujeres en las organizaciones y en la sociedad en general,
devenimos sujetos políticos. La indignación lleva a consolidar un proceso de
emancipación popular en distintos espacios como universidades y colectivos, por
lo que desde una postura feminista con perspectiva de género se producen
discursos inclusivos que reconocen la diversidad identitaria como proceso de
emancipación y a la vez de lucha. Con
esto se llega a la planificación de una escuela de educación popular feminista
que se plantea como eje transversal de conocimiento, lo cual permitió afianzar
el trabajo colectivo y los conocimientos de la pedagogía feminista. Así, a
través de ejercicios como la escritura colectiva, las movilizaciones, los
manifiestos antipatriarcales, los rituales y otras
actividades se reforzaron los aprendizajes a nivel intelectual y académico.
Todo esto en relación con un sentido político y desde un pensamiento
crítico.
Para finalizar, actualmente las Mujeres de
EntreRedes, que ahora son una nueva generación, siguen realizando propuestas
organizativas que buscan la despatriarcalización y el posicionamiento de los
discursos de las mujeres a nivel organizativo y social. Al llegar aquí, desde
la perspectiva de la subjetividad política, el trabajo organizativo que se realizó
junto a las mujeres diversas del colectivo contribuyó a resignificar las
apuestas y los horizontes feministas en la actual sociedad. Asimismo, despertó
los más recónditos recuerdos y sentimientos de afecto y cariño por los procesos
sociales. Se espera pues que este pequeño aporte sirva para que no desaparezca
la memoria de la organización social que propicia la formación como sujetos feministas
desde una perspectiva de género incluyente y diversa.
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[1] Investigación presentada para
optar por el título de Magíster en Estudios Latinoamericanos de la Pontificia
Universidad Javeriana, Bogotá D.C.
[2] Economista. Magíster en Estudios
Latinoamericanos de la Pontificia Universidad Javeriana. Correo
electrónico: noraflorez@javeriana.edu.co. Código ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6543-3267
Fecha de recibo: 06/06/2021
Fecha de aceptación: 24/08/2021